Nos despedimos de Apo nadando con tortugas y llegamos a Tan Awan batiendo records de encadenamiento de transportes.
Pasamos la mañana en la Apo para poder hacer snorkel entre tortugas. A la 7 pasadas estábamos pidiendo el desayuno que nos tomamos con muuucha calma. Al parecer las tortugas están todas las mañanas, con marea alta alimentándose en la playa, frente al resort, pero sobre todo en una plataforma que hay nadando hacia la izquierda.
Vimos muchas tortugas, a muy poca profundidad, muy cerca de la orilla, tocábamos pie y todo. El agua estaba algo turbia por las olas, pero en algún momento llegué a ver 6 a mi alrededor, arrancando algas a mordiscos del suelo. Vimos alguna enorme. ¡qué bonitas son! y qué tranquilas. Te miran con esos ojazos tan dulces, como si fueras lo más aburrido del mundo. ¡¡¡Qué lujazo ha sido haber estado en esta isla y haber disfrutado de tanta vida y tanta belleza!!!
Salimos de la isla desde la playa de atrás (por donde vinimos) en un bangka al que llegamos metiéndonos en el agua hasta la cintura (de nuevo ;-P). En esta ocasión nos quedamos en ropa interior (al llegar a tierra nos cambiamos en unos servicios públicos).
Hoy toca día de viaje hasta Tan-Awan para nadar con tiburones ballena... Ha sido una decisión un poco dificil, pero finalmente nos decidimos a hacer este desvío en nuestra ruta...
En Malatapay cogimos en seguida un yipni a Dumanguete, allí un
yipni a Sibulan (15PHP c/u). En el puerto de Sibulán cogimos un barco a Lilo-an
en la isla de Cebú y allí un autobús a Tan-Awan, aunque nos pasamos de parada y
nos bajamos en Oslob... Estábamos un poco despistados (por cierto, en Oslop
tienen unos restos coloniales españoles impresionantes). Tuvimos que coger
otro autobús en sentido contrario hasta nuestro destino. A pesar de la cantidad
de transportes encadenados, no fue un viaje demasiado largo. Llegamos a
Tan-Awan sobre las 17h. Buscamos alojamiento preguntando en varios resorts del
lado de la playa, pero nos parecieron carísimos y uno ya no tenía habitaciones.
Finalmente nos alojamos en una casa de huéspedes que por
700PHP, con dos ventiladores, baño compartido y agua y café gratis a
disposición, wifi muy regular pero mucha amabilidad, nos vino fenomenal.
El pueblo es un puñado de casas y resorts paralelos a la carretera general. Hay un restaurante con buena pinta que se llenó de locales a la hora de cenar, el "Big J´S". Pero nosotros nos decantamos por un negocio pequeñito y de aspecto descuidado, en la acera de enfrente. Nos gustó la familia que lo llevaba. Tiene hamburguesas y platos filipinos muy baratos, y café gratis :-). Cenamos de maravilla en el techadito del puesto y al día siguiente desayunaríamos aquí, después de la aventura matutina.
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