Con un pequeño petate, pasamos dos días recorriendo la isla en moto. En este primer día recorrimos la carretera costera de Tagbilarán a Lomboc y luego subimos por el interior hasta las Colinas de Chocolate. Pernoctamos en Jagna.
Desayunamos en el comedor del hotel que es un espacio amplio y agradable, parcialmente descubierto. El desayuno estaba incluido en el precio de la habitación y fue un "desayuno continental" a base de tortilla francesa, arroz, pan tostado con mantequilla y unas rodajas de pepino. Café a tutiplén.
Después
hicimos un pequeño equipaje para pasar dos o tres días moteros recorriendo la
isla y dejamos el resto del equipaje en consigna del hotel (100PHP por día/
habitación), y las cosas de valor en su caja fuerte (no se lo que nos
cobrarán).
Y
montamos en nuestra jaca, que tendría que llevarnos por esos caminos de dios...
El
primer día hicimos la carretera costera de Tagbilarán a Lomboc y luego subimos
por el interior hacia las Colinas de Chocolate, parando por el camino en un "ecoparc" (10PHP c/u) para dar un paseo por el impresionante bosque que hay
"plantado por el hombre" y en un mariposario agradable (40PHP
c/u), sobretodo por el guía que nos tocó, que nos hizo unas fotos muy
graciosas con el móvil, poniéndonos alas de mariposa. El mariposario
hubiera sido un sitio ideal para comer, pues tenían cosas ricas a buen precio,
pero ya habíamos picado antes y no teníamos hambre, así que solo nos tomamos
unas cervezas, unos cafés y unos helados. Muy recomendable probar los helados,
que son caseros de frutas (los probamos al ver el éxito que tenían entre los parroquianos).
Las Colinas de Chocolate (50PHP c/u) nos parecieron pintorescas. Para contemplarlas hay que subir a un mirador, primero en moto y luego por unas escaleras. Está en lo alto de una de estas colinas. Como estamos en época de lluvias las colinas estaban verdes, pero al parecer en la época seca, la vegetación que las tapiza se seca y se vuelve oscura, dando a las colinas un aspecto achocolatado.
La carretera desde Lomboc hasta el cruce al mirador de las colinas es muy pintoresca y variada ¡una gozada para la vista! Después seguimos ruta por el interior, serpenteando, subiendo y bajando por una zona montañosa. Notamos cómo la temperatura iba bajando... Pasamos por aldeítas y la gente nos sonreía y saludaba efusivamente, especialmente los niños, o nos tocaban el claxon para llamar nuestra atención. Fue muy divertido.
Cogimos una habitación en el DQ Lodge de Jagna (750PHP), habitación doble espaciosa, con baño. AC, TV, terracita (compartida) y wifi , que está frente al mar. Después de descansar y refrescarnos, salimos a cenar. Detrás del mercado encontramos una zona de pinchos (que deben montar solo para cenas) donde se congregaba la gente para zampar en compañía. Tenían mesas para sentarse, así que nos animamos y nos mezclamos con el ambiente. Los pinchos variados que elegimos nos supieron a gloria, acompañado con un arrocito y una pepsi.
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