Hoy llegamos a Puerto Jiménez.
A las 7am cogimos el barco de vuelta a Sierpe.
Pensábamos haber salido de Drake en autobús público, pero al ser domingo no
había, así que salimos como vinimos. En el trayecto el capitán nos mostró un
cocodrilo en la orilla y una boa de manglar enroscada en un árbol. En ambos
casos se acercó a la orilla para que lo admiráramos y fotografiáramos. Fue muy
amable y otra vez nos sorprendimos de la vista que tiene esta gente. En
Sierpe cogimos un taxi que se ofreció a llevarnos por mitad de precio a
Palmar Sur donde cogeríamos el autobús a Puerto
Jiménez, pero como llegábamos tan justos, lo cogimos
cuando ya había salido, en la carretera (lo paró el taxista). Llegamos a Puerto Jiménez a las 11.30pm.
No habíamos llegado a nuestro destino cuando ya nos habíamos arrepentido de haber salido de Drake. Estuvimos de acuerdo en que podíamos haber pasado allí el domingo y haber salido el lunes en transporte público, habiendo disfrutado un día más de un sitio tan agradable... Pero ya poco remedio había...
Seguramente por esta frustración, la primera impresión de Puerto Jiménez fue negativa (ni la llovizna, ni el gris del cielo ayudó a mejorarla, además del poco ambiente al ser domingo), pero esto cambió con la luz del día siguiente.
Nos alojamos en la segunda opción de cabinas que vimos: Cabinas Tucán, un sitio pasable. Cenamos en el porche de una soda
escondida y nos tomamos el café en el Restaurante Carolina, donde pasamos la
tarde conectados al wifi y leyendo. Ya por la tarde noche, dimos un paseo hasta
el puerto y la playa, y allí nos tomamos unas cervezas en un bar restaurante
junto al mar, bastante agradable. El paseo nos gustó mucho. En el golfo hay
barquitos y barcas atados y flotando sobre un mar de espejo. La marea estaba
bajando.
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