miércoles, 19 de agosto de 2015

SAN GIL - SANTA MARTA (EN AVIÓN: UNA CAGADA)


Lo mejor del día de hoy: el desayuno. Unas deliciosas y abundantes ensaladas de fruta en un puesto del mercado.

Sacamos dinero en un cajero, recogimos las mochilas en el hotel y en la terminal de autobuses cogimos uno a Bucaramanga. Pedimos al conductor que nos dejara en un sitio llamado "Papi quiero piña" para no entrar en la ciudad, y poder coger un taxi, lo más cerca posible del aeropuerto.

En el aeropuerto almorzamos unas arepas que habíamos comprado en el mercado esa mañana y esperamos para coger el vuelo de las 15:30 a Bogotá.

Embarcamos, volamos y aterrizamos en Bogotá. Vuelta a pasar por controles de entrada, tiempo de espera, embarque, vuelo y aterrizaje en Santa Marta. Cogimos un taxi que nos dejó en el Hotel Miramar, que habíamos reservado por internet. El hotel nos pareció muy cutre, destartalado y sucio, pero con ambiente mochilero agradable. La habitación con ventilador y sin baño estaba recocida y nos hizo sudar de lo lindo mientras nos organizamos.

Eran las 19:30, hacía un calor pegajoso, estábamos cansados y hambrientos, pero todavía tuvimos que hacer el equipaje para la Ciudad Perdida, en un viaje de senderismo que duraría 5 días y 4 noches. A trancas y barrancas lo hicimos y conseguimos contactar con la agencia por teléfono para confirmarles el hotel en el que estábamos para que nos vinieran a recoger a la hora que nos indicaran.

Por fin pudimos salir a comer algo, en un garito que hay frete al hotel, unas arepas con unas cervezas que nos supieron a gloria. Las temperaturas siguen subiendo...

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