viernes, 17 de julio de 2015

CHORRERAS EN EL VALLE DEL CABRIEL

Objetivo: refrescarnos en el entorno acuático de Las Chorreras del río Cabriel (Cuenca). Distancia Madrid-Enguídanos (que es el pueblo más cercano a este paraje): 235,6 Km (unas 2 horas y media). Y de Madrid-La Graja de Iniesta (que es donde nos alojamos): 236 Km.


Huyendo del bochorno madrileño, en cuanto llegó el fin de semana salimos de la ciudad en busca de frescor y desconexión, pernoctando el sábado en algún lugar cercano a nuestro objetivo.

En esta ocasión fue en el hotel Pepe I que no recomiendo, situado en La Graja de Iniesta.


Comimos en Enguídanos, en una posada situada a la entrada del pueblo (recomendable) y después fuimos a Las Chorreras, con la intención de pasar por allí la tarde. Dejamos el coche en un polvoriento y masificado aparcamiento, al que nos fue algo complicado llegar por una estrecha y mal tratada carreterilla.

Las Chorreras son una sucesión de cascadas, pozas, corrientes y toboganes por las que resbala el agua calcárea del río Cabriel. El agua del río tiene un todo blanquecino-turquesa por la cal que lleva disuelta. Y se desliza entre rocas amarillentas y anaranjadas, con formas sorprendentes que me recordaban a pieles quemadas o de extraños animales. Parecía como si tuvieran vida. Muy bonito.


El paisaje y el entorno es espectacular, pero el río estaba masificado de gente. Parecía un parque acuático y nos fue difícil encontrar un sitio tranquilo donde reposar. Aún así, disfrutamos de varios chapuzones de lo más agradables. En algunas pozas se puede nadar.

Muy recomendable, pero en otra época del año.

Para cenar, nos fuimos a Venta de Contreras, situada junto a la presa del Embalse con el mismo nombre. El sitio me encanta. Es tranquilo, bohemio y tiene una preciosa vista a la presa. Preparan deliciosas pizzas caseras y tuvimos la suerte de coincidir con un concierto de soul en vivo y en directo. Fue el contrapunto ideal del jaleo vivido en Las Chorreras ;P

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