Visitamos el Parque Nacional de Carara y llegamos a Quepos.
Cogimos el autobús de las 6am a Puntarenas y
allí, tras un agradable desayuno en la cafetería de la estación, salimos en
otro autobús a las 11am al Parque Nacional Carara.
Nos bajamos en frente del parque, aunque esa no era la idea inicial. Lo que
pretendíamos era bajarnos en Cabinas Cocodrilo, donde pensábamos alojarnos, y
ver de paso los cocodrilos bajo el puente sobre el río Tárcoles. Pero nos lo
pasamos y terminamos directamente en el Parque Carara, así que tuvimos que
decidir qué haciamos: si dar una vuelta por allí, o desandar los 3km que nos
separaban de las cabinas en ese momento y luego volver al parque... Finalmente
decidimos dar una vuelta por el parque y continuar adelante. Me dio pena no
haber visto los cocodrilos, que deben ser espectaculares y fáciles de divisar,
pero bueno, a lo largo del viaje hemos visto cocodrilos salvajes en varias ocasiones
(aunque seguro que no tan grandes como prometían estos). Dejamos las mochilas
en la oficina del parque, aunque no estaba permitido. Pero el chico que nos
atendió debió apiadarse de nosotros con las pintas que llevábamos y lo
acalorados que estábamos.
En la explanada que hay a la entrada del parque, junto a la carretera, había un montón de iguanas tomando el sol o paciendo. Eran las primeras que veíamos. La oficina del parque está subiendo un camino de tierra a la derecha (el que baja a la derecha es el inicio de los senderos).
En la oficina nos dieron un plano con los senderos, que discurren a la sombra.
La fisonomía del paisaje es diferente a los bosques que hemos visto hasta
ahora. Había más visibilidad entre la maleza pues la vegetación no era tan
intensa ni apretada, pero si sombría. Gracias a eso, durante todo el paseo
vimos varios agutís. Y nada más comenzar se nos cruzó un coatí por el sendero,
que pareció ni mirarnos. Lo que no vimos son guacamayos que al parecer, son las
estrellas del parque (los vimos después muy lejos, fuera del parque mientras
esperábamos el autobús).
Nos impresionaron unos cuantos árboles enormes y con unas formas incleíbles.
A las 3.30pm cogimos un autobús a Quepos, que paramos en la carretera, frente al parque, donde llegamos a las 5.30pm. Nos alojamos
en el Hotel Ceciliano, que nos pareció
correcto. El pueblo no nos pareció acogedor, demasiado caro y enfocado al
turismo. No se si hubiera sido mejor alojarnos en el pueblo de Manuel Antonio,
pero según la guía, los alojamientos más baratos, cerca del Parque Nacional
Manuel Antonio, estaban en Quepos...
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