lunes, 5 de septiembre de 2011

QUEPOS - DOMINICAL


Llegamos a Dominical y disfrutamos de la playa y el pueblo.

Cogimos el autobús de las 9.30 a Dominical a donde llegamos a las 11am. Nos alojamos en el Hotel San Clemente (25$). Un cabina bastante cutre, pero frente a la playa y con vistas al mar, en un sitio tranquilo. Nos dio buen rollo. Éramos los únicos inquilinos. Dominical es un pueblo muy pequeño y tranquilo. Estaba adormilado, con varios negocios cerrados y muy poca gente, seguramente por ser temporada baja. Está muy enfocado a los surferos y tiene un aire un tanto destartalado. La playa me pareció espectacular de grande y salvaje, con unas rugientes olas de impresión. Nos gustó.


El resto del día lo pasamos holgazaneando y disfrutando de la paz y el relax del lugar. Estuvimos conectados al wifi del restaurente del Tortilla Flats, al lado de nuestro alojamiento, y picoteamos unos entrantes de ceviche y guacamole, con limonada y cerveza.

Sobre las 4am dimos un paseo por el pueblo y la playa. Yo intenté bañarme en el mar, pero me fue imposible. Las olas, además de grandes, tenían mucha fuerza, y la resaca tiraba de mi hacia adentro. Además en esa zona había cantos rodados en el suelo que me golpeaban los pies... Había intrépidos surfistas cabalgando las olas. 

Para terminar vimos un precioso atardecer.

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