Hoy disfrutamos del Parque Nacional Volcán
Arenal. Además cogimos un todoterreno para la excursión
del día siguiente al Volcán Tenorio.
Desayunamos en el hotel y nos llevamos unos plátanos y unas galletas para el almuerzo. A las 8.30 cogimos el autobús que va a Tirilan y nos quedamos en el desvío al Parque Nacional Volcán Arenal.
La mañana estaba despejada y el volcán se veía nítido y cercano. Admiramos su forma, un cono perfecto, alzándose aislado y majestuoso. Muy bonito. En el parque nos dieron un plano con la rutas e hicimos casi todos los senderos: El Mirador, el sendero de las Coladas, llegamos a la falda del volcán y volvimos por el sendero Ceibo, que transcurre entre exuberante bosque, lleno de sonidos y de vida. Lo disfrutamos despacio parándonos en cada detalle, descubriendo pequeños matices. Vimos muchos insectos, lagartos, pequeños murciélagos colgados, al abrigo de un enorme árbol y una culebra preciosa, que estaba enroscada en la rama baja de un árbol y que en un primer momento confundí con un coletero :P. Era amarilla y cubierta por escamas largas, cabeza triangular de dragón (luego nos dijeron que era una "cejuda").
Esta fue la segunda culebra que vimos en el
parque. La primera, estuve a punto de pisarla en un sendero despejado. Gracias
a que Vic, que venía detrás la vio y tiró de mi cuando ya le iba a poner el
pie encima... Sólo me dio tiempo a ver la cola metiéndose rápidamente entre la
maleza. Nos quedó el susto en el cuerpo, sobre todo a mi que esa noche soñaba
que me mordía una serpiente venenosa...
A las 2.30pm cogimos el autobús de vuelta.
A las 4.30 alquilamos un todoterreno en Adobe. Lo intentamos primero en Álamo, pero el mismo coche era
mucho más caro y no nos gustó demasiado el trato. La intención era hacer una
excursión mañana al volcán Tenorio. Y ya que lo teníamos esta tarde, nos
acercamos a las Termas Los Laureles, que está a 5km
del pueblo, por la carretera del Volcán.
En La Fortuna hay termas de superlujo que deben ser alucinantes, pero se salen
de nuestro presupuesto. Sin embargo Los Laureles están enfocadas a los ticos.
Son mucho más baratas y familiares. Llegamos allí en medio de una tormenta con
aparato eléctrico sin mucha esperanza de poder bañarnos, pero quisimos
intentarlo, teniendo disponible el coche. Efectivamente, el guarda, un chico
muy amable nos informó que los ordenadores se estaban fundiendo con la
tormenta, y que no era aconsejable ponerse a remojo al aire libre con la que
estaba cayendo, literalmente... Así que nos quedamos con las ganas porque,
aunque esperamos un poco, la tormenta no terminaba.
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