miércoles, 31 de agosto de 2011

LA FORTUNA - VOLCÁN TENORIO - LA FORTUNA


Hoy pasamos el día en el Parque Volcán Tenorio y vimos el río esmeralda. Además reservamos el transporte para llegar al día siguiente a Monteverde.

A las 6.30am. cogimos el desayuno que nos habían dejado en la nevera la noche anterior, consistente en dos tarrinas, una con piña y otra con sandía ¡riquísimos! y montamos en nuestro flamante todoterreno rumbo al Parque Volcán Tenorio. Tardamos dos horas en llegar.


La primera parte del trayecto fue sencilla, por carretera asfaltada, pero la segunda parte... ¡una tortura!: piedras, baches, estrecheces, cuestas empinadísimas con curvas sin visibilidad, en fin, toda una aventura. En cima teníamos que ir con más cuidado si cabe para que ninguna piedra saltara la pintura del coche, que la agencia seguramente nos haría pagar con creces, en vista del minucioso examen que le hicieron antes de entregárnoslo.

Nos llamó mucho la atención la cantidad de viviendas que hay a lo largo del camino tan complicado... Muchas de ellas con un coche normalito aparcado en su jardín.

Llegamos a una de las dos entradas que tiene el parque, que debe ser nueva (en la guía ni se mencionaba). Preguntamos cómo llegar a la otra entrada desde allí, pero nos dijeron que no podíamos ir en coche porque teníamos que atravesar un puente por el que sólo se puede pasar a pie. Así que comenzamos la ruta. Se supone que en la otra entrada nos daban un plano, pero en esta na de na. Éramos los primeros en llegar. 

Los senderos están bien indicados y son cómodos. Se va por bosque cubierto prácticamente todo el camino. Hay tres puntos que ver: 
  • Nos hicimos la foto en la cascada, que es una cola que salta sobre una poza de agua blanquecina.
  • Nos bañamos en la terma, que es una piscinilla a orillas del río, acotada con piedras, donde se desprenden gases que calientan el agua. Es una sensación rara cuando te metes porque te quemas a la vez que te enfrías. En todo caso hay que ir con cuidado para no escaldarse. Nuvecillas de vapor se elevan del agua y huele a azufre.
  • Y finalmente alucinamos con el Río Celeste y Los Teñideros. En los Teñideros el río se vuelve de un color turquesa sucio. Hay un mirador donde se ve cómo dos corrientes de agua se unen, aparentemente transparentes y dan lugar a un color mezcla de turquesa y azul grisáceo.
Realmente parece que "es el agua en el que dios lavó sus pinceles cuando pintó el cielo" :).

La vuelta a la entrada del parque fue más rápida, cuesta abajo, pero llegamos cansados y sudorosos a la entrada. Y la vuelta al pueblo, bastante pesada. Cuando llegamos teníamos los sesos batidos de tantos trompicones, pero devolvimos el coche impecable.

En el hotel, reservamos el transporte para llegar mañana a Monteverde: la combinación furgoneta- barco- furgoneta.

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