Pensábamos haber salido hoy de Shaxi y continuar viaje, puesto que es un pueblo pequeño que tuvimos tiempo de visitar la tarde anterior. Pero mientras desayunábamos en uno de los cafés de la plaza nos sentíamos tan a gusto que decidimos quedarnos el día de hoy. Ya teníamos las mochilas hechas en la habitación y reserva para esta noche en un hostel de Deli... Cambiamos la reserva de Dali y pagamos una noche más aquí.
Pasamos la mañana en el coqueto café, disfrutando de la atmósfera y el relax que nos envolvía.
Saxi es un pueblo congelado en el tiempo, con una atmósfera muy acogedora. Nos pareció especial.
Paseamos entre los arrozales que rodean al pueblo y llegamos a otros pueblos cercanos más rurales y tranquilos. Mujeres y jóvenes trabajando la tierra, acarreando hierva y agua, hombres reunidos charlando frente a los templos, gente amable que nos saludan con una sonrisa... Casas de adobe y piedra, algunas encaladas en blanco con delicados dibujos en las fachadas. Abubillas que alzan el vuelo a nuestro paso y ranas que croan en las tierras encharcadas.
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