Cogimos un autobús en el estación del este, a donde llegamos en taxi, para ir a Shilin. En Shilin hicimos el canelo cubiendo antando desde donde nos dejó el autobús, que es donde están las taquillas, porque de allí hay un buen trecho hasta la entrada al parque, y hay unos cochecillos eléctricos colectivos que te suben (que además cogimos a la vuelta, teniendo que pagar el billete ida-vuelta).
Shilin es un bosque o laberinto de piedra espectacular, donde te puedes pasar horas y horas recorriendo sus caminos y pasadizos, subiendo y bajando, asomándote a sus miradores...
Me agobié un poco con la primera impresión por la cantidad de gente, el movimiento y el escándalo, pero gracias a dios fue posible encontrar rincones tranquilos para relajarnos. Y también disfrutamos con la gente que se nos acercó para hacerse fotos con nosotros y para entablar una conversación de curiosidad.
Nos hechizó la belleza del lugar que pudimos disfrutar incluso con soledad.
De vuelta en Kunming, reservamos avión para Guilin e intentamos reservar alojamoento para el día siguiente en Janshui, pero no encontramos nada disponible, así que lo dejamos a la aventura.
De vuelta en Kunming, reservamos avión para Guilin e intentamos reservar alojamoento para el día siguiente en Janshui, pero no encontramos nada disponible, así que lo dejamos a la aventura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario