Fuimos en Ferry a la Isla de Hong Kong, donde están los edificios del Skyline que vimos el día anterior iluminado desde la parte continental.
Pasamos el día pateando la zona más moderna, llena de relucientes, inmensos y altísimos rascacielos de cristal, muchos de ellos conectados por pasarelas peatonales, a metros por encima de las calles y del tráfico, lo que nos libró del sol en bastantes trayectos.
Pasamos mucho calor y nos cansamos bastante. Aprovechamos las incursiones en los edificios (que son centros comerciales y servicios públicos) para descansar y reponer fuerzas, refrigerándonos con los potentes aires acondicionados y los cafés de los cienes y cienes de Starbucks que hay por doquier.
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